Bomberos rescatan a potrillo que se había caído a un canal de riego.
Un grupo de bomberos voluntarios logró rescatar a un potrillo que había caído en
el canal matriz de riego, dándole una alegría mayúscula al dueño, un niño de 13
años.
Los servidores públicos llegaron al lugar luego de una llamada telefónica,
y optaron por conformar un grupo interdisciplinario que incluyó a una empresa
que aportó una grúa, municipales, y hasta la familia damnificada. «Fue
maravilloso ver al chico cuando lo sacamos», le contó Tulio Retamales, el jefe
del cuerpo, y también director de Acción y Promoción Social de la Municipalidad
de 25 de Mayo.
Todo se inició cuando la familia Gallego se comunicó con el
cuartel advirtiendo de la situación. «Cuando llegamos al lugar nos encontramos
con el animal en medio del canal, afortunadamente hacía pie, aunque estaba
cansado y con mucho frío. Enseguida analizamos las alternativas y decidimos
pedir colaboración», relató Retamales.
«Esa zona del canal matriz hoy tiene agua
que está estancada y helada por las bajas temperaturas, así que pedimos al
municipio un equipo de pesca y me metí. Es un potrillo que estaba en etapa de
amanse, así que logramos enlazarlo y acercarlo a una orilla», agregó.
«A esa
altura ya habíamos logrado que la empresa Yal SA acercara una grúa, elemento
vital para el rescate. Te cuento que no fue difícil pero debimos reunir varios
requisitos», señaló.
El jefe del cuartel fue el que se metió en el canal. «Te
aseguro que aún así comprobé que el agua estaba helada, porque cuando me agaché
para pasarle unas correas por debajo de las paletas y los cuartos me entró
bastante. Te cortaba», dijo. «Una vez que lo aseguramos, con la grúa lo
levantamos y lo sacamos enseguida. Eran las 13 aproximadamente, el animal está
aterido pero en buen estado de salud. Solo tenía algunos raspones que le produjo
el talud de cemento del canal en la caída», señaló.
Un pibe feliz: Retamales
admitió que las reacciones de los vecinos ante este tipo de acciones que hacen
los bomberos, llenan el alma. «Es una familia que tiene un puestito a unos 4
kilómetros de la zona urbana hacia la estación hidroeléctrica Los Divisaderos al
este de la ciudad. El padre y el niño son crianceros de cabra colorada. El
pequeño ama a los animales, te imaginás lo preocupado que estaba por la suerte
de su potrillo», reveló. El jefe de bomberos y funcionario municipal no pudo
ocultar la ternura que el niño les produjo a todos los participantes del
rescate. «Cuando pudimos depositar en tierra firme al equino, el chico corrió y
le sacó las correas, increíble lo contento y feliz que estaba de que habían
salvado a su potrillito», contó.
Mariano y «Pamperito»: Hasta ahí la noticia,
pero LA ARENA logró captar el detrás de la escena. El jefe de familia es Mauro
Gallego, quien trabaja en el sector petrolero, pero que todos los días vuelve al
puesto familiar para continuar con la tradición rural de sus ancestros. El
hombre aceptó hablar con este diario y nos reveló que tiene tres hijos, el mayor
de 24 años y la menor de 11. Y que el dueño del animal se llama Mariano y tiene
13 años. «Y sí, cuando le sacaron el potrillo estaba emocionado. El lo cuida
desde que nació, le puso ‘Pamperito’ como el de Patoruzito (se ríe). El animal
andaba con la tropilla y se debe haber caído a la madrugada, por ahí lo
empujaron los más grandes. Nosotros lo encontramos a la mañana y pedimos ayuda»,
relató.
«A Mariano le encanta el campo. Yo trabajo en servicios petroleros, pero
todos los días cuando vuelvo a nuestra casa en 25 de Mayo, nos venimos para el
puesto. Somos criadores de cabras coloradas», agregó. «Lo incentivo desde
pequeño a su amor por lo nuestro, y desde siempre él me ayuda. En 2015,
participamos de la Fiesta del Chivito de Santa Isabel, y le dieron el premio por
ser criadores caprinos», citó.
«Nosotros vivimos en 25 de Mayo por el tema
educación. Pero con este tema del coronavirus, vamos y venimos, pero
prácticamente la estamos pasando en el puesto donde nos criamos todos. Los
chicos siguen por internet los estudios y hacen sus deberes como corresponde»,
señaló. El padre, orgulloso, nos entregó la pincelada final.
«Para Mariano el
campo es una pasión. A él le encantan los caballos y ya amansa, con ‘Pamperito’
está en eso. Pero también otros le están trayendo animales. En este trabajo es
muy prolijo y capaz», concluyó Mauro Gallego.
COMENTARIOS